La verdad jamás estará en los ignorantes, en los cobardes, en los cómplices, en los serviles y menos aún en los idiotas.
La Antártida, Neuschwabenland.
La Antártida, Neuschwabenland.
La cuestión sobre la Antártida es una cuestión fundamental del Hitlerismo esotérico.
Por lo que se refiere a la Antártida, es importante la utilización que de ella hicieron los navíos de la Marina de Guerra Alemana (Kriesgmarine). Durante la Segunda Guerra Mundial estaba sin cartografiar y resulta que los lobos de mar al mando del almirante Dönitz sabían de la existencia de las grutas antárticas donde un navío se podía cobijar sin ningún problema, llevar a cabo reparaciones, descansar la tripulación y estar tranquilamente sin riesgo alguno a ser localizados.
Pero los planes del Tercer Reich y las actividades de la Kriegsmarine respecto del territorio antártico iban mucho más lejos: los alemanes reclamaron la soberanía sobre un enorme territorio antártico al que denominaron "Neuschwabenland" (Nueva Suabia, en español). En éste territorio construyeron varias bases permanentes, siendo la principal la denominada como "Neuberlin" (Nueva Berlín).
No por casualidad el almirante Dönitz, que estaba al mando de la flota de submarinos del Tercer Reich, había declarado durante la guerra lleno de orgullo: "La flota alemana de submarinos está orgullosa de haber construido para el Führer, en otra parte del mundo, un Shangri-La, una fortaleza inexpugnable".
La toma alemana de la Antártida.
La historia de la exploración antártica alemana se remonta al año 1873, cuando Eduard Dallmann, por encargo de la antes creada Sociedad Alemana de Viajes Navales Polares, con su barco "Grönland" (Groenlandia en español) descubrió nuevas regiones y pasos en las aguas antárticas. Entre otros descubrió Dallmann la isla llamada Kaiser-Wilhelm en la salida oeste de la Bismarkstrasse a lo largo de las islas Biscoue. Los alemanes ya entonces se mostraron innovadores en la exploración de las regiones polares, pues el "Grönland" era el primer barco de vapor que exploraba las aguas antárticas
En los siguientes 60 años tuvieron lugar otras ocho expediciones así como dos expediciones fundamentales, para ser exactos en 1910 bajo el comando de Wilhem Filchner con el barco "Deutschland", así como en 1925 con el barco polar "Meteor" bajo la dirección del Dr. Albert Merz.
En los años previos a la guerra, los deseos hegemónicos de los jefes militares alemanes se hicieron cada vez más fuertes, teniendo la firme intención de construir una base militar en el hielo antártico. En ese tiempo no existía sobre el Polo Sur tratado internacional alguno y una toma de posición respecto a tales deseos territoriales poco antes del estallido de la inminente guerra mundial pareció, estratégicamente hablando, tener mucho sentido, y podía además gracias a la propaganda del Reich ser empleado como una demostración de fuerza.
Por otro lado se tenía que evitar otra provocación de los aliados. De modo que, en colaboración con la Lufthansa alemana, se desarrolló y llevó a cabo la idea de una operación político-militar, no obstante bajo la apariencia de 'operación civil'. El mando de esta empresa la recibiría el experimentado capitán polar Alfred Ritscher.
Como barco se eligió el "Schwabenland" (Suabia en español, el nombre de una región alemana), un barco portador de hidroaviones de la Lufthansa desde el que, con ayuda de catapultas de vapor, podían despegar hidroaviones Dornier "Wale" de 10 toneladas de peso. Esta revolucionaria técnica la empleaba la Lufthansa ya desde 1934 para el tráfico postal con Suramérica. El "Schwabenland" fue adaptado para la expedición antártica en Otoño de 1938 en los astilleros de Hamburgo, lo que costó la enorme suma de un millón de marcos alemanes de la época, un tercio del presupuesto de la expedición...
A mediados de Noviembre de 1938, mientras se preparaba el barco "Schwabenland", invitó la Sociedad Alemana de Viajes Navales Polares a Hamburgo al por entonces ya legendario explorador antártico norteamericano Rychard E. Byrd, con motivo del visionado especial de su nueva película antártica.
Esta película fue proyectada en Urania en Hamburgo ante 82 asistentes, de los cuales 54 eran miembros de la tripulación del "Schwabenland", como forma de adiestramiento y preparación ante la inminente expedición. Byrd, quien ya en 1929 casi había sobrevolado el Polo Sur, era en aquel tiempo aún un civil, si bien era un héroe nacional para los americanos.
Ironía de la historia que exactamente este Rychard E. Byrd en el año 1947 con el rango de almirante de los EE.UU. dirigiera la mayor operación militar en la Antártida, la Operación Highjump. Todo indica que aquella hasta hoy secreta operación, que muy probablemente tenía como objetivo la destrucción de la base alemana conocida como 'base 211', fracasó completamente.
En el año 1938 se produjo la famosa Expedición Antártica Alemana, que culminó en la toma de un extraordinario territorio, que recibió el nombre de "Neuschwabenland"("Nueva Suabia"), inspirado en el nombre del propio barco nodriza "Schwabenland". El iniciador del proyecto fue Hermann Göring, y por tanto la Luftwaffe alemana.
Sobre este poco corriente capítulo de la historia de la Antártida se ha escrito mucho, así como de la construcción de enormes bases secretas alemanas en su territorio antártico, en la cual ayudaron de manera fundamental flotas enteras de submarinos cargados hasta los topes.
Varios autores, basándose en testimonios, han observado que se llevó la maquinaria de construcción y tunelación más moderna de la época, así como científicos, a Neuschwabenland. Los técnicos habrían vaciado montes enteros para convertirlos en refugios camuflados.
Debieron de ser colosales obras de ingeniería. Para que el lector se haga una idea, la famosa cripta del Valle de los Caídos, en Cuelgamuros, España, donde está enterrado el general Franco, se hizo también vaciando un pequeño monte. Al Reich Alemán le era Neuschwabenland, por algún motivo, de suma importancia, tanto como para destinarle recursos que necesitaba en la guerra que libraba.
El mismo Julius Evola, que conoció perfectamente la esencia esotérica del Nacionalsocialismo, escribe: "La primera expedición que realizaron las SS habría buscado una relación con un centro secreto de la tradición, la otra habría tendido a un contacto con la Thule hiperbórea oculta". Evola se refiere a la expedición al Polo Sur que ha desatado el interés de algunos escritores; tal expedición va siempre unida a la doctrina esotérica nacionalsocialista, según la cual la Tierra sería un planeta hueco habitable en el interior.
En 1945, varios meses después de terminada la guerra, llegaron hasta las costas argentinas de Mar del Plata un par de submarinos alemanes de última generación, capaces de permanecer hasta seis meses sumergidos, y cargados de más hombres de los que necesitaría cualquier misión usual.
Transportaban una curiosa carga de cigarrillos, a pesar de que ninguno de ellos fumaba (como es tradicional entre los austeros oficiales de este tipo de naves). Los submarinos llevaban mucho tiempo en el mar, lo que es más extraño aún. La tripulación no pudo explicar satisfactoriamente su presencia en estas aguas australes ni por qué las naves estaban falsamente clasificadas con las series U-530 y U-977, correspondientes en realidad a dos viejos submarinos que en los archivos navales de la Marina Alemana aparecían incluso en reparaciones, de modo que la adulteración era una clara muestra de que se trató de ocultar la desaparición de estas naves.
Los norteamericanos enviaron en tiempo récord una enorme dotación de oficiales que apresaron a los alemanes y se los llevaron a Estados Unidos, haciéndolos desaparecer. Fueron sometidos a durísimos interrogatorios. Actuaron con tal intriga y rapidez que, prácticamente, nadie supo lo que sucedió. Fue instantáneo.
Sin embargo, inmediatamente después comenzaron los aliados sus "expediciones" a la Antártida, siendo la mayor de ellas la del almirante Byrd, quien volvió convencido de que los jerarcas alemanes que no estaban en Nuremberg, yacían en un secreto refugio antártico. Sus expediciones principales tuvieron lugar entre 1946 y 1947, y en ellas los americanos utilizaron sus más modernos aparatos de sondeo y rastreo, aviones y buques. Tal despliegue jamás habría tenido lugar en base a un mero rumor fantasioso.
La noticia que circuló entonces, incluso entre algunos medios de prensa de la época, era que los dos submarinos habrían sido parte de un enorme convoy que salió de Alemania con Hitler y sus principales asesores hasta algún lugar secreto de las tierras australes, el "paraíso inexpugnable" del almirante Doenitz. Las naves, producto de las tormentas en altamar de ese año, se habrían extraviado y, como es común en las misiones ultrasecretas, por ser parte de la comitiva de compañía, desconocían el lugar al que se dirigían, limitándose a seguir a los guías. Fue así como, extraviados y rendidos a su mala fortuna, llegaron perdidos hasta Mar del Plata.
Pese a los intentos aliados de destruir las bases antárticas, Neuschwabenland nunca fue conquistada. Por ello toda la Antártida fue declarada "territorio hermético". Debía olvidarse el nombre de la Antártida. Hasta se firmó un tratado internacional que prohibía las pruebas nucleares en la Antártida hasta el año 2000.
La Antártida y su omisión en la bandera de la ONU
Queremos llamar la atención sobre el siguiente aspecto: ¿Alguien se ha fijado en que en la bandera de las Naciones Unidas (ONU), que muestra un mapa del mundo, falta por completo la Antártida, como si no existiera? ¿Por qué aparece el Polo Norte y no el Polo Sur? Vemos Europa, Asia, África, América, Australia, Groenlandia y hasta Nueva Zelanda, pero ¿por qué se ha censurado precisamente la Antártida? ¿Acaso no es también parte del mundo?
Actividad OVNI en la Antártida
Es muy probable que los aviones circulares tuvieran su base fundamental en Neuschwabenland. De hecho, Byrd tras dirigir la fallida invasión habló que "desde la Antártida salen aviones que pueden llegar al otro extremo de la Tierra en instantes" y que "el enemigo está entre nosotros y la Antártida". Parece ser que el emplazamiento era óptimo por encontrarse tan cerca de una de las aperturas de los polos al "mundo interior".
De hecho, en el mundo ufológico existe una teoría con diferentes denominaciones, como "Antártida, la zona ufológica más caliente del mundo" o "las bases secretas OVNI en Antártida". Además, existen relatos y testimonios de numerosos avistamientos, tanto de científicos como de militares, en bases antárticas. Por ejemplo, el 8 de Enero de 1956, varios investigadores de una expedición científica chilena en la Antártida observaron, durante varias horas, OVNIS en forma de "puro" y de disco evolucionando en el cielo de la área del Mar de Weddell.
En la actualidad y a pesar de la censura sobre estos temas, nos llegan noticias de "intensa actividad OVNI" en la Antártida. También es curioso leer en el periódico noticias como: "La base norteamericana permanente en la Antártida se está hundiendo en el hielo". Según esta noticia, cada mes se hunde varios centímetros el firme sobre el que está la base americana. ¿Están jugando los alemanes del Reich con los americanos?
La desaparición de la "Bandera de la Sangre". ¿Rumbo Neuschwabenland?
El paradero de la "Bandera de la Sangre" es uno más de los misterios del Tercer Reich. Es realmente sospechoso que precisamente algo de sumo valor para el Tercer Reich "desapareciera" en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. Hay quien ha señalado que fue cargada en un submarino rumbo a la base antártica, posiblemente en el mismo submarino que llevó a Hitler.
Para quien ignore a qué bandera nos referimos, recordemos que esta famosa bandera era una bandera de la esvástica (perteneciente a la 5ª sección de la SA y llevada por Heinrich Trambauer) que el 9 de Noviembre de 1923, durante el Putsch de Munich, se empapó con la sangre de los patriotas alemanes (principalmente la sangre de Andreas Bauriedl, quien cayó sobre ella), compañeros de Hitler, que murieron en los enfrentamientos en las escalinatas de la Feldherrnhalle, quedando Hitler herido y resultando muertos 16 nacionalsocialistas.
Así, esta bandera, empapada con la sangre de los primeros mártires nacionalsocialistas, se convierte en objeto de culto, pasando a conocerse como la Blutfahne o "bandera de la sangre", símbolo del patriotismo alemán y del heroísmo nacionalsocialista, llegando a ser custodiada por la SS en la Casa Parda (das Braune Haus) de Munich, sede central del NSDAP.
Con esta misma bandera consagraba siempre Adolf Hitler los nuevos estandartes del NSDAP, tocándolos con ella. Su portador fue Jakob Grimminger (fallecido en 1969, a los 77 años), al que puede verse en muchas fotos y videos históricos. Los nacionalsocialistas solían decir de esta bandera: "Ninguna bandera nos es tan sagrada como la Bandera de la Sangre del 9 de Noviembre". Como curiosidad, citar que durante el tiempo de prohibición de la SA y la SS, esta bandera es escondida por una mujer nacionalsocialista llamada Viktoria Edrich, en su domicilio en el cuarto piso de la Türkenstraße 25 en Munich.
La Blutfahne fue vista por última vez en público en el funeral de Adolf Wagner, Gauleiter de München-Oberbayern, en Abril de 1944. Después de dicho funeral, se devolvió a su emplazamiento en la Casa Parda. Pero al final de la guerra, en medio de la confusión, la bandera sagrada del NS desaparece sin que hasta hoy haya vuelto a conocerse su paradero.
La versión oficial apunta que "probablemente fue destruida durante los bombardeos de Munich". Se sabe que no cayó en manos de los aliados, pues éstos no habrían dudado en exponerla como "trofeo de guerra" como hicieron con otros objetos de valor. Y por supuesto, era tan alto el valor de esa bandera para el Tercer Reich que éste no podía consentir que cayese en manos aliadas o que fuera "destruida en un bombardeo".
Neuschwabenland y las "desapariciones" de soldados y población.
Pero en el Tercer Reich no sólo desaparecieron banderas... La historia de las decenas de miles de "desapariciones" es de gran interés. Después de terminar la Segunda Guerra Mundial, miles de ciudadanos alemanes comienzan a desaparecer, especialmente personas sin familia y huérfanos (había muchas de estas personas gracias a los bombardeos aliados sobre núcleos de población alemanes, por ejemplo Dresden, donde perecieron carbonizados 400.000 civiles en una noche).
Pero también durante la guerra se declaró fallecidas a personas que no murieron entonces. Miguel Serrano contó en una entrevista, que le habían mostrado una gran lista de personas que "oficialmente" habían muerto durante la guerra mundial en accidentes automovilísticos. Le aseguraron que esas personas no habían muerto entonces, sino que habían sido "sacadas de Alemania"... ¿Cuántos sarcófagos habrá enterrados en los cementerios alemanes que nunca contuvieron restos mortales?
Y más casos extraños: En Abril de 1945, 50.000 soldados alemanes estacionados en Noruega* "desaparecieron" de la faz de la Tierra de la noche a la mañana, sin que nadie haya vuelto jamás a tener noticia de ellos. Los aliados nunca hicieron comentarios respecto a este "incidente". ¿Se había tragado la Tierra a esos 50.000 soldados o es que se habían desintegrado espontáneamente? En absoluto, fueron llevados a Neuschwabenland, al igual que los demás "desaparecidos".
* Nota: Curioso, precisamente Noruega, uno de los territorios que, junto con la costa norte alemana y Dinamarca, la Wehrmacht defendió y mantuvo en su poder hasta su capitulación, mientras que el resto de Alemania ya estaba ocupada. ¿Por qué eran tan importantes Noruega, Dinamarca y la cosa norte alemana (Schleswig-Holstein)?
Porque desde allí se realizó la evacuación hacia Neuschwabenland, de un puerto noruego salió el famoso convoi de submarinos que llevaba a Adolf Hitler rumbo Neuschwabenland. Cualquiera puede comprobar en los libros de historia que, incluso a principios de Mayo de 1945, a punto de terminar la guerra mundial, el Reich mantenía la defensa de estos territorios, vitales para sus planes.
Y respecto a esta desaparición de soldados en Noruega, reproducimos a continuación lo que recoge el autor O. Bergmann en su libro "Deutsche Flugscheiben und U-Boote überwachen die Weltmeere" ("Platillos y submarinos alemanes vigilan los mares del mundo"), en el capítulo "Die Absetzung reichsdeutscher U-Boote vor 1945" ("La evacuación con submarinos alemanes antes de 1945"), las reflexiones que un austriaco, antiguo soldado de la Wehrmacht que sirvió durante todo el tiempo de guerra en los países escandinavos. El autor Bergmann lo explica así:
"Hace tan sólo unos pocos meses que nos visitó un antiguo soldado alemán (austriaco), que entre 1939 y 1945 sólo estuvo en servicio en los países escandinavos y nos explicó: En Abril de 1945 en Noruega se dirigieron a mi, a solas y de forma premeditada. Se me dijo que podía ir a Kristiansand [N. del T.: un lugar], que allí estarían submarinos preparados para la evacuación.
Yo rechacé la propuesta argumentando que como soldado no había cometido ninguna falta, y que por tanto no tenía por qué huir, iría a prisión [N. del T.: los soldados rendidos eran internados en campos de prisioneros]. Sólo cuando leí sus escritos de la editorial HUGIN caí en la cuenta respecto de qué se trataba realmente esa evacuación con submarinos".
Y como el propio Bergmann, comentando esto, aclara, "en ese momento no se pudo decir abiertamente a nadie, para excluir toda traición. En este sentido es interesante también el que sólo se dirigieran a personas que parecieran de confianza, quienes quizá antes habían estado siendo vigiladas durante un tiempo".
Y es que el mayor problema al que se enfrentó el Tercer Reich después de 1945 fue su escasez de material humano, su falta de población en las colonias y bases, cuyo número constantemente aumentaba. El autor Hans Altmann, que asegura haber tenido en su juventud (años 50) contacto con los alemanes del Reich, habla sobre este problema.
El Reich necesitaba aumentar su población, para lo cual llevó a cabo primero la "desaparición" de todas las personas que pudo (que fueran ideológicamente afines, haciéndoles saber que no había vuelta atrás) y después abducciones, principalmente de ciudadanos alemanes, pero posiblemente también de otras nacionalidades de raza blanca, a los que extraían esperma y después devolvían a tierra.
El autor alemán Jan Udo Holey recoge en uno de sus libros ("Unternehmen Aldebaran") el relato de un alemán que afirma que en los años 60 fue abducido por los tripulantes de un platillo que hablaban en alemán, que tras someterle a un chequeo médico le extrajeron su esperma y le devolvieron sano y salvo al sitio donde le habían recogido. Muchos de los relatos sobre "abducciones extraterrestres" y sus supuestos experimentos genéticos con el esperma extraído a los abducidos podrían tener su fundamento en estas operaciones del Reich Alemán, cuyo objetivo era obtener material genético de raza blanca-nórdica.
Y fijémonos en el hecho de que lo que más necesitaba el Tercer Reich eran hombres, pues su población femenina doblaba e incluso triplicaba a la de varones, consecuencia de las muchas bajas masculinas en el frente de batalla. Esta desproporción entre mujeres y hombres explicaría el interés por obtener esperma de alemanes racialmente aptos y médicamente sanos con que eventualmente inseminar, como último recurso de emergencia, a las mujeres del Reich que no podían encontrar marido por la relativa escasez de hombres.
Podemos también suponer que el aborto estaba estrictamente prohibido, y también que se exigió de las mujeres fértiles una constante procreación (madres con 10 hijos o más), todo esto considerado un deber patriótico ineludible, un pequeño sacrificio nada comparado con la suerte de vivir en el Reich, en lugar de en una "Alemania" ocupada y moralmente pervertida por Sión, la nueva Sodoma y Gomorra sin dignidad nacional ni patriotismo en que se convirtió la madre patria Alemania.
El autor Jan Udo Holey afirma en su libro "Unternehmen Aldebaran", página 144, haber tenido una entrevista con un alemán del Reich que le habría asegurado haber nacido en Neuschwabenland y ser miembro de la organización "Schwarze Sonne" (una de las organizaciones de élite de la SS). Según sus revelaciones, los alemanes del Reich tendrían bases "por todo el mundo" (por ejemplo, una base gigantesca en el Himalaya), y él viviría en Neuschwabenland en una ciudad habitada por tres millones de alemanes (en 1994).
¿Por qué el Reich no ataca a las naciones aliadas?
Cualquiera podrá preguntarse: ¿Por qué el Reich alemán, con su flota de OVNIS, no ha invadido las naciones de los aliados? ¿Por qué no ha reiniciado la nunca terminada Segunda Guerra Mundial? Al margen de que las circunstancias históricas y sociales con respecto a la guerra mundial son muy diferentes, vamos a tratar de responder a esa pregunta.
Algunos autores barajan la posibilidad de que el Reich ha ampliado considerablemente sus miras. Ya no se trata sólo de la victoria del Reich alemán, sino también de la liberación de los pueblos del mundo del yugo judeo-masónico. Muchos se han dejado manipular por la propaganda y creen fantasiosamente que Hitler deseaba conquistar el mundo entero para someterlo a una imperialista Alemania, y que exterminaría a todo aquel que no fuera alemán, rubio y de ojos azules.
Nada puede ser más absurdo que esto. Contra esta sandez hay que aducir, en primer lugar, que el nacionalsocialismo se proclama una doctrina anti-imperialista (diga lo que diga la propaganda aliada), Hitler sólo deseaba ver realizada su Großdeutschland, la unión de todos los territorios de población alemana, y, en segundo lugar, que las concepciones racialistas del Tercer Reich han sido tergiversadas por la propaganda.
El amor de Hitler por la raza alemana no significa que fuera enemigo de las razas no-germánicas. Su colaboración con tibetanos y japoneses está más de demostrada, y en las filas de las Waffen-SS sirvieron voluntarios de las más diversas razas y nacionalidades: cosacos, turcos, bosnios, árabes..., además de voluntarios de 14 naciones europeas.
Si Hitler hubiera pensado como sus adversarios nos dicen que pensaba, no habría consentido que en las fuerzas alemanas hubiera nadie que no fuese alemán, y menos todavía árabes u orientales. Así pues, no eran los planes del Reich la "conquista del mundo", esos son justamente los planes judeo-masónicos...
Muchos que por desconocimiento de las concepciones racialistas del Reich piensan que éstas se basaban en un "exclusivismo nórdico", aducen que Hitler "no era rubio ni alto". ¿Y qué importa eso? Adolf Hitler no aspiraba a una Alemania ni mucho menos a una Europa exclusivamente nórdica.
La raza alemana (al igual que la raza blanca) se clasifica en múltiples subdivisiones (nórdicos, bajo-alemanes, frisones, austriacos...), sin que ninguno de ellos sea por ello menos alemán. Adolf Hitler (del que muchos desconocen que tenía los impactantes ojos azules de su madre Klara) sabía bien que en Europa había más que alemanes.
Por eso pasó pronto de la fase alemana a la germánica, que incluía también a holandeses y escandinavos. Pero siguió avanzando en sus miras, y pronto pasó de la fase germánica a la fase europea, pues en Europa no sólo hay germanos, también hay latinos y eslavos (pueblos indoeuropeos), pero también hasta europeos que lingüísticamente no son del tronco indoeuropeo, como finlandeses, húngaros y vascos. Adolf Hitler era un convencido europeísta, la victoria de Alemania significaba para él la victoria de toda Europa, de Occidente. Así pues, Hitler tenía unas miras mucho más amplias de lo que pretende la propaganda contra él.
Las reflexiones anteriores eran necesarias para comprender por qué el Reich alemán no se lanzó hace años ni se lanzará en el futuro tampoco a una campaña de "conquista del mundo", cosa que con su abrumadora fuerza OVNI podría realizar con total y contundente éxito.
El alemán del Reich al que el autor Jan Udo Holey afirma haber entrevistado reveló que "sólo tienen permiso para defenderse, nunca para atacar". La única guerra del Reich es exclusivamente contra el Nuevo Orden Mundial de la judeo-masonería, no contra los pueblos.
Así nos explicamos fácilmente por qué hace ya muchos años una flota de miles de platillos volantes no arrasó las naciones de los aliados. Precisamente ese temor de los aliados a una invasión OVNI del Reich se plasmó en películas como "La Guerra de los Mundos" (1953). No era a los extraterrestres a quienes se temía, sino a los Reichsdeutschen.
Pero el Reich alemán intervendrá, no contra los pueblos, sino por los pueblos. Vendrá a salvar Occidente en el momento preciso, cuando se haya producido el colapso y fracaso de los regímenes "democráticos". El Reich nos ayudará en la reconstrucción material y moral de Occidente, nos facilitará los tesoros que ha custodiado para nosotros y que un día Occidente tuvo, tesoros sencillos pero fundamentales como la fe en Dios, el amor a la Patria, la conciencia racial, el bien común frente al egoísmo personal, el patrón trabajo frente al patrón oro, cosas que los habitantes de Occidente han olvidado y cambiado por los becerros de oro que la masonería le ha sugerido (dinero, honores vanos, decadencia moral, posturas antinaturales...), cayendo en su trampa. Mientras tanto, el Reich sigue floreciendo, aquí en la Tierra y fuera en las colonias extraterrestres, y observando la evolución histórica de las naciones a las que un día tendrán que ayudar.
Neuschwabenland y los Estados Unidos.
Para descubrir el interés que Reich actual tiene en los Estados Unidos, basta fijarse en dos de los más famosos casos de contactados: George Adamski y Reinhold Schmidt, ambos ciudadanos norteamericanos. Estados Unidos es uno de los países del mundo con más avistamientos OVNI, con la única excepción, por motivos obvios, de la Antártida.
Para entender la postura de los alemanes del Reich respecto a los Estados Unidos, debemos advertir que es muy importante saber distinguir entre "gobernantes americanos" y "pueblo norteamericano". Mucha gente, en su odio ciego contra Estados Unidos, suele confundir al pueblo con sus gobernantes, que en la mayoría de los casos nada tienen que ver.
Adolf Hitler hubiera deseado llevarse bien con los Estados Unidos, es más, hubiera deseado que USA fuera su principal aliado, por encima de Italia, España o Japón (no está de más recordar que el 30% de la población blanca de Estados Unidos tiene sangre alemana). El propio Hitler en sus discursos habló favorablemente del pueblo norteamericano, elogiando sus valores y denunciando su manipulación por parte de los judíos (como en la Iª Guerra Mundial).
La culpa de la guerra entre el Reich y USA no la tuvo ni Hitler ni el pueblo norteamericano, sino los dirigentes masones de USA. El presidente Rooselvelt es sabido que era judío y masón. Su sucesor Truman, quien ordenó lanzar las genocidas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, también era masón. La política de Rooselvelt respecto a Alemania tenía que ser, necesariamente, hostil.
Y la masonería, igual que hoy ha empujado a la nación americana a una guerra en Afganistán y a otra mayor en Irak, en 1941 empujó a Estados Unidos a la guerra contra las potencias del Eje, con la excusa de responder a la agresión nipona de Pearl Harbor (igual que hoy la excusa de la invasión de Irak es responder a "la agresión terrorista").
Pero la actitud del pueblo norteamericano, a pesar de la propaganda judeomasónica anti-Reich, era bien distinta. Por ejemplo, durante la guerra mundial el Ku Klux Klan defendió la postura de que Estados Unidos se aliase con el Tercer Reich y juntos combatieran a la Unión Soviética (el tiempo les ha dado la razón...).
La respuesta de la masonería americana fue perseguir y encarcelar a los klansmen. Pero no sólo grupos como el KKK, sino también altas personalidades de la industria americana fueron admiradoras y entusiastas del Tercer Reich.
Así no es de extrañar que el Reich alemán concediera la Gran Cruz del Águila Alemana, la distinción del Tercer Reich más importante concedida a extranjeros, por ejemplo, a las siguientes personalidades norteamericanas: Henry Ford, legendario fabricante de automóviles y autor de "El judío internacional"; James D. Mooney, encargado de General Motors; y Tom Watson, director de IBM, quienes recibieron la Gran Cruz del Águila Alemana entregada por el propio Adolf Hitler por su gran contribución al Tercer Reich.
También el aclamado aviador norteamericano y pro-nazi Charles Lindbergh, en una visita oficial a la Alemania de Hitler, fue recibido con todos los honores por el jefe de la Luftwaffe y mariscal del Reich, Hermann Goering, y condecorado. Lindbergh siempre admiró los grandes avances que el Tercer Reich aportó al mundo de la aviación civil y militar, y formó parte del comité "America First", que se opuso a la agresión americana contra Europa durante la Segunda Guerra Mundial. Como era de esperar, el idealista Lindbergh y el masón Rooselvelt tuvieron un enconado enfrentamiento.
Neuschwabenland y la "Alemania" ocupada
Los alemanes del Reich dejaron la madre patria Alemania con la idea de poder reorganizar pronto la resistencia interior contra los aliados. Pero hubo algo que no tuvieron en cuenta... No tuvieron en cuenta la suma rapidez con que los alemanes se amoldarían al nuevo sistema.
Los "alemanes" de la "Alemania" de posguerra se sentían muy a gusto en Sodoma y Gomorra, ya nadie pensaba en la patria ni tenía inquietudes nacionalistas, para esos "alemanes" sólo contaba el dinero y la diversión. Sacrificios por el pueblo y la nación no tenían cabida, nada tenía que ver la mentalidad de los alemanes del Reich con la de ellos, que habían hecho apostasía de ser verdaderos alemanes.
Desde luego, esto supuso una gran decepción para el Reich. Según el autor Hans Altmann (que presuntamente tuvo contacto con alemanes del Reich en los años 50), algunas voces dentro del Reich abogaban por abandonar y renunciar a los alemanes apóstatas. En lugar de ello, el Reich decidió esperar pacientemente el momento adecuado, en el que los "alemanes" de Sodoma y Gomorra serán reeducados y desintoxicados de la propaganda que durante años han recibido.
Neuschwabenland y el Imperio Japonés
Posiblemente el viejo eje nunca ha dejado de existir. Los alemanes del Reich contaron con la colaboración de sus fieles camaradas japoneses. Así por ejemplo, en algunas de las tripulaciones de OVNIS había miembros japoneses, que participaron en los planes de conquista del espacio del Tercer Reich.
Por su parte, los japoneses aportaron sus conocimientos, esfuerzo y ayuda al Reich. Según el autor Hans Altmann, se le reveló que las tropas del Reich estaban siendo entrenadas en las bases terrestres del Reich por guerreros ninja japoneses, siendo convertidas en tropas de elite: todo soldado alemán tendría al menos el primer Dan, es decir, el primer cinturón negro en kárate-shotokan japonés, sin nada que temer a un campeón de ninguna nación.
Según Altmann, los japoneses habrían sido los más fieles aliados del Tercer Reich, y su empeño y dedicación muy apreciados; por todo ello precisamente los japoneses estarían tan involucrados en el actual Reich alemán. También, según Altmann, se habría comprobado que "precisamente europeos blancos y japoneses tienen una perfecta convivencia", basada en la mutua admiración y respeto.
Fuente: http://libreopinion.com/members/neuschwabenland/
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